El caso Pretoria ha puesto el foco sobre Eliseu Climent, valenciano de origen y cazador de subvenciones para difundir la cultura catalana en la Comunidad Valenciana. Hasta 17,2 millones de euros ha conseguido de fondos públicos para este cometido entre 1999 y 2009.Sigue en pág. 12
El levantamiento del secreto de sumario del caso Pretoria, la red corrupta que ha salpicado a prohombres como Macià Alavedra, ex conseller de Economía, o Lluís Prenafeta, ex secretario de Presidencia de la Generalitat con Pujol, ha lanzado al estrellato a Luis García, Luigi, por su gran habilidad para captar favores de políticos.
Pero los papeles deparan datos relevantes sobre los métodos de algunos otros personajes. Uno de ellos es Eliseu Climent, editor travestido en cazador de subvenciones públicas, valenciano de nacimiento pero muy conocido en la vida cultural catalana por su excelentes conexiones con políticos del PSC, ERC y CiU.
Climent, cuya vocación política viene de los tiempos en que fundó el Partit Socialista Valencià, explota desde hace 25 años una red de fundaciones, asociaciones y entidades culturales de diverso pelaje jurídico. Todas comparten objetivo -la promoción de la lengua y cultura catalanas dentro y fuera de Cataluña-, pero también modus operandi: presentarse en cualquier institución, desde el Govern catalán a un ayuntamiento, donde exista un euro que rascar y un político amigo que te pueda ayudar.
Los registros policiales en el Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramanet han puesto a la Policía en alerta sobre el entramado de Climent, cuyo entorno defiende la «legalidad» y «transparencia» de todo el dinero recibido. El informe policial califica de «cuantiosas» las ayudas obtenidas por las fundaciones de Climent y solicita que la Agencia Tributaria aporte los modelos de declaración de ingresos de ventas y pagos de la que tradicionalmente se ha considerado la organización matriz, Acció Cultural del País Valencià (ACPV), y de otras cinco organizaciones: Institució Cívica y de Pensament Joan Fuster, Societat Valenciana de Ciències de la Salut Josep B. Basset, Fundació Francesc Eiximenis, Institut Ignasi Villalonga y Fundació Ausiàs March.
EL MUNDO dispone de documentación que acredita que éstas y otras de las entidades ligadas a Climent y a ACPV han recibido, al menos, 17,2 millones de euros en subvenciones de la Generalitat de Cataluña entre 1999 y 2009. En ese periodo, Climent y su holding de agitación catalanista han obtenido el beneplácito de hasta tres presidentes: Jordi Pujol -con quien aparece en la fotografía, el 27 de mayo, en Alcoy-, Pasqual Maragall y José Montilla.
La relación de Climent con Pujol fue siempre estrecha. El editor se arriesgó haciendo pintadas en su defensa cuando fue encarcelado en 1960 por los sucesos del Palau de la Música. Desde entonces, la tarjeta de Pujol se convirtió en un salvoconducto que todavía usa hoy. Climent llegó a ser delegado comercial de la Enciclopedia Catalana, que promovía Pujol desde Banca Catalana.
La escandalosa cifra obtenida por las organizaciones de Climent sólo incluye las ayudas publicadas en el Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya durante estos años. Al margen quedan las obtenidas de otras instituciones catalanas, diputaciones y ayuntamientos principalmente, a los que Climent ha recurrido durante casi 30 años para sostener todo su aparataje editorial y cultural.
Entre la documentación incautada en Pretoria figuran cartas y correos electrónicos que prueban la facilidad con la que Climent accede directamente a dirigentes con capacidad de influencia -léase José Zaragoza, secretario de Organización del PSC o Carles Prieto, coordinador de Política Municipal- para que le allanen el camino hacia alcaldes como Núria Parlon, de Santa Coloma .
El dinero público ha permitido a Climent reforzar a base de suscripciones la revista El Temps, editada por Edicions del País Valencià, una sociedad anónima fundada en 1977 que tiene su sede en el edificio Octubre, el cuartel general de Climent en Valencia. Octubre siempre fue su sueño, un edificio histórico de tres plantas en el centro de la capital, que compró en 2003 por tres millones de euros y que ha convertido en bandera de su resistencia al PP, iniciada con una campaña feroz contra Eduardo Zaplana.
La rehabilitación y adecuación de este emblemático inmueble se financió con una hipoteca concedida por la Caixa de Catalunya, desde 2005 presidida por otro de sus grandes amigos, el ex ministro Narcís Serra.
Con él sintonizaba. Todo lo contrario que con Alfonso Guerra, con quien hizo las Milicias en 1962 en Ronda y con quien dice mantener relación pese a su diferente idea de España. La documentación de que dispone este diario revela que Climent y su esposa, Rosa Raga Gil, también han elegido Caixa Catalunya para la compra de propiedades en Barcelona.
Climent ha disfrutado y explotado la condición de protegido y de impulsor de la cultura catalana y del gran proyecto de los països catalans en los primeros años 80. En 1983 nació TV3 y ACPV, inscrita en el Registro Nacional de Asociaciones el 13 de abril de 1978, encontró su gran trampolín con una campaña de venta de bonos de 1.000 pesetas a fondo perdido para que se pudieran instalar repetidores en Valencia.
ACPV recogió cerca de 150 millones de pesetas que, oficialmente, se destinaron a la compra de terrenos y tecnología para los emisores. ACPV ha recibido 6,2 millones de euros en subvenciones de la Generalitat catalana en la última década con la justificación, entre otras, del mantenimiento de los repetidores.
El Gobierno valenciano, en manos del PP, ha conseguido sucesivas sentencias para cerrar los repetidores de TV3. Para contrarrestarlo, ACPV ha iniciado una campaña de recogida de firmas que, según la asociación, cerrará Josep Guardiola, entrenador del Barça. Su presidente, Joan Laporta, es el personaje de portada del último número de El Temps.
Su influencia política le permite negociar cara a cara con diputados del Congreso. En 2008 y 2009, por ejemplo, logró colar a través de ERC y el PSC dos enmiendas en los Presupuestos Generales del Estado para obtener 300.000 euros para Acció Cultural y otros 300.000 para la Fundació Ausiàs March. La enmienda provocó debate entre el grupo de parlamentarios del PSC y algunos socialistas valencianos que tratan de ir alejándose de Climent. En medio de la tormenta del caso Pretoria y del caso Millet, la Generalitat catalana ha paralizado una subvención de otros cinco millones. Y Climent está en el punto de mira.