Más corrupción política

José Antonio Varela
Con este panorama es complicado pedir a los ciudadanos que tengan inquietudes políticas, ya que vemos cómo el dinero de nuestros impuestos se usa de forma impune para enriquecer a malversadores.

No deja de sorprenderme cómo los casos de corrupción política acaparan la atención de los medios. Casos Millet y Pretoria son recientes y sonados en Cataluña, sin mencionar los casos de Baleares, sobre los que recientemente un periódico dibujaba un mapa donde se han dado casos de corrupción y a penas se intuía la silueta de las islas.

Hace unos días se levantó el secreto de sumario sobre el caso Gürtel. En él se puede deducir que el Senador Luis Bárcenas se ha estado beneficiando del partido en su propio beneficio. Pero esto no parecía ser causa suficiente como para que el Sr. Rajoy le pidiera su carné de militante. En el comité ejecutivo del lunes 05 de abril (poco antes del levantamiento de sumario) Rajoy afirmó: "Atajaré lo que no sea presentable". A los ojos de cualquier ciudadano no sólo no es "presentable", sino que es indignante que este señor continuara como militante del Partido Popular y como senador.

Muchas han sido las voces que desde el propio Partido Popular pedían que se actuara en consecuencia. Mientras Aguirre afirmaba que "cualquier duda sobre la rectitud de cargo público exige el apartamiento de sus funciones", Iturgaiz pedía a Bárcenas que hiciese el menor daño posible a su partido.

Como consecuencia de la presión mediática y de varios dirigentes del Partido, el Sr. Bárcenas cesó como militante del PP a las 48 horas del levantamiento del sumario, decisión que llegó tarde y mal. Tarde porque si esta decisión la hubiera tomado antes, no hubiera debilitado tanto la imagen del principal partido de la oposición. Mal porque queda en evidencia que la estratagema del Sr. Bárcenas y del Partido Popular no es más que un absurdo paripé, ya que la no militancia es temporal, se mantiene su acta como senador, su despacho y el pago de los costes de su defensa jurídica.

Con este panorama es complicado pedir a los ciudadanos que tengan inquietudes políticas, ya que vemos cómo el dinero de nuestros impuestos se usa de forma impune para enriquecer a malversadores y para financiaciones irregulares de los partidos políticos, en vez de utilizarse para temas que realmente importan actualmente, que lamentablemente no son pocos hoy en día.